miércoles, 27 de diciembre de 2017

El Infierno de Gabriel - Sylvain Reynard

1. El Infierno de Gabriel



Una novela profunda y sugerente, llena de intriga, seducción y perdón.

Tan enigmática como la identidad de su autor...el misterioso y atractivo Profesor Gabriel Emerson, reconocido especialista en Dante, es un hombre torturado por su pasado y orgullosos del prestigio que ha consegido, aunque también es consiente de que es un imán para el pecado y, especialmente, para la lujuria. Cuando la virtuosa Julia Mitchell se matricula en el máster que Gabriel imparte en la Universidad de Toronto, la vida de este cambia irrevocablemente. La relación que mantiene con su nueva alumna lo obligará a enfrentarse a sus demonios personales y lo conducirá a una fascinante exploración del sexo, el amor y la redención. Con ingenio y sarcasmo, el autor cuenta la odisea de Gabriel a través de su particular infierno de tentación y amor prohibido.


2. El Éxtasis de Gabriel



El poeta soltó la nota con mano temblorosa. Permaneció sentado en silencio por varios minutos, quieto como una estatua. De repente, apretó los dientes y se levanto. Recorrió la casa de arriba abajo, ignorando los muebles y los objetos frágiles que se interponían en su camino; sin hacer caso a los otros habitantes de la casa.

Solo había una persona a la que deseaba ver.

Recorrió las calles de la ciudad rápidamente, casi a la carrera, hasta llegar al río.

Se asomó al puente; su puente, y escruto las orillas esperando encontrar algún rastro de su 
amada.

Pero no estaba en ninguna parte.

No iba a volver.

Su amada Beatriz se había ido.


3. La Redención de Gabriel



Florencia, Italia, 1292

El poeta se apartó de la mesa y miró por la ventana, desde donde veía su amada ciudad. A pesar de que la arquitectura y las calles lo llamaban, lo hacían con voces huecas. Era como si se hubiera extinguido una gran luz, no solo de la ciudad, sino del mundo.

Quomodo sedet sola civitas plena populo facta quasi vidua domina Gentium...

Revisó la Lamentación que acababa de citar hacia escasos momentos. Desgraciadamente las palabras del profeta Jeremías eran insuficientes.
-Beatriz- susurró, con el corazón en un puño.

Incluso en ese momento, dos años después de su muerte, le costaba mucho escribir sobre su pérdida.

Ella permanecería siempre joven, siempre noble. Siempre seria su bendición y no existía poema en la Tierra capaz de expresar la devoción que sentía por ella. Pero lo intentaría, por su memoria y su mutuo amor.

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